"Había una vez un pastor que tenía cien ovejas. Las quería mucho a todas, las conocía y llamaba a cada una por su nombre. Un día, una se perdió. Entonces, el pastor se puso muy triste y salió a buscarla. Cuando la encontró, se alegró mucho y la abrazó".
(Adaptación del relato de Mt 18, 10-14)
Jesús contó esta historia para enseñarnos que nuestro Padre Dios cuida de cada uno de nosotros y se pone triste cuando nos perdemos y nos portamos mal, y se alegra mucho cuando nos portamos bien, nos acercamos a Él y le queremos.
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